
Diferentes especies habitan mi ciudad. Si sois de Zaragoza ya lo sabréis, y si no, andaos con mucho ojo, nos acechan.
Su vida durante el día es normal, incluso sórdida, pero cuando cae la noche, sus instintos afloran, impulsos irrefrenables que solo cesan cuando están saciados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario